Más de 200.000 ejemplares vendidos en Francia.
Este libro aborda un aspecto esencial de la experienciahumana: nuestra relación con quienes nos han dejado, con nuestrosdifuntos. Su autora, una de las primeras mujeres en ejercer comorabina en Francia, relata con delicadeza y sabiduría sus experienciasconsolando a quienes han perdido a un ser querido. En su opinión, sucometido fundamental es transformar la muerte en una lección de vidapara los que se quedan, es decir, «acompañar a mujeres y a hombres que en un momento crucial de sus vidas necesitan narraciones». El tapizde este tratado de consuelo se teje con tres hilos: la evocación de la vida interrumpida, la interpretación de los textos sagrados y lastradiciones funerarias y la rememoración de ciertos episodios de lavida de su autora; con ellos construye un relato que entrelaza a vivos y muertos: «el papel del narrador es quedarse junto a la puerta paraasegurarse de que permanece abierta. (?) Solo cuando la vida y lamuerte se dan la mano puede continuar la historia.»Horvilleurcombina magistralmente lo personal con lo colectivo