El crecimiento de la industria turística está provocando que tanto los destinos tradicionales como los nuevos destinos turísticos padezcan una presión creciente sobre sus recursos naturales, culturales así como sobre su entorno social y económico. La sensibilización y concienciación social en torno a los problemas ambientales está propiciando la aplicación de criterios de sostenibilidad en los procesos de planificación turística.