Este libro nos muestra un análisis en profundidad de todos esos nudos emocionales desde la perspectiva de una joven mujer que ha pasado la mayor parte de su existencia observando como tantos y tantos nudos se aferraban de forma incesante a los cuerpos de la humanidad de su atmósfera cercana, así como a ella misma, sin poder hacer apenas nada por evitarlo. Una sugerente visión de cómo y por qué sentimos lo que sentimos. No una respuesta definitiva, pero al menos una respuesta posible que nos ayude a sanar esos roces que permanecen sobre nuestra piel, a sellar cicatrices. Una obra en la que reconocerse y reconocer a nuestros iguales que no dejará indiferente al lector. Desatarse no siempre te hace libre ...