Si el discurso posmoderno ha instalado escepticismo y crisis en las conciencias, llega la hora de reivindicar el papel de la escritura como ½homilía civil+, antídoto contra el fatalismo y la debilidad del pensamiento. En estas páginas desfilan los desencuentros urbanos, el sentido de la amistad y el juego de los equívocos, la depresión de los adultos y la fiebre de los adolescentes, la crueldad rural, el terrorismo y la vulnerabilidad de nuestro tiempo, las pasiones perdidas o felizmente encontradas, la vaciedad existencial y el impacto de la muerte inesperada, el desgaste del deseo y la violencia conyugal. El narrador desvela su mirada irónica para entregarnos guiños y sorpresas, relatos inquietantes, gotas de humor y piedad.