Memoria, dignidad y justicia es lo que las asociaciones y fundaciones de víctimas del terrorismo de ETA han adoptado como eslogan que resume su quehacer y su exigencia. Parece que la sociedad, la vasca y el conjunto de la española, han asumido como suyo este eslogan, pero si preguntarse por el significado efectivo de las tres palabras. Parece que la memoria significa cerrar el capítulo negro de la historia de ETA definitivamente, como si no hubiera existido, parece que la dignidad no contiene nada que suponga una exigencia para los ciudadanos, y la justicia es algo inexistente para más de 300 asesinados cuyos asesinos no han sido puestos a disposición de los tribunales.
La sociedad quiere olvidar la historia de terror de ETA. Quiere pasar página, quiere mirar al futuro, no al pasado. Pero si se olvida la historia de terror de ETA, las víctimas se quedan sin memoria, sin dignidad y sin justicia. Y entonces todos nosotros nos quedaremos sin futuro en libertad.