DONDE NADA ES TODO LO ASIBLE. En otro tiempo Me dejé conducir por la inocencia; Mas la inocencia Ahora sólo puede Ser imitada Me hubiera bastado Por entonces con que el lápiz rozara Apenas el papel Para decir, sin esas Vueltas y revueltas del laberinto De un orfebre, una grácil Canción, simple y tan poco Privada como el saludo feliz Que de otra parte Se fía a una postal.